jueves, marzo 22, 2007

No es que haya muerto

No es que haya muerto,
pero es como si lo fuera.
Muerto de mis pies,
no avanzan,
sólo buscan charlar con sombras.
Muerto de los brazos,
lánguidos,
pesados; creo que están en huelga
porque no han abrazado a una mujer.
Muerto de mis entrañas,
es de ahí donde sale todo el dolor.
Mi pelo está muerto,
día a día se suicida
descascarándose y cayéndose como el otoño.
Muerte de mi pecho,
como el reflejo en los ojos de un maniquí
como palabra que se perdió en el tiempo
y por perdida,
ya no se usa.

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