Que las llamas consuman tu trazo
encierre toda sombra
movimientos
y otoños
Que el humeante cuervo
destroce tus párpados
y el pedernal a la carne.
Finalmente,
la explosión extirpará tu día
el ocaso
las luciérnagas
la noche arrancará su boca
y en silencio llorará
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