
Caminos de verano
Miro a lo alto y no paso
de su ombligo. El bigote
sostiene su rostro,
sus chascas siempre
apuntan al cielo.
De sus manos de obrero araucano,
El dedo pequeño es mi baranda
Jamás niegas un peso
para dulces. En otoño,
mastico chicles para secar
las lagrimas de su techo.
Caminamos en verano
por difusas regiones.
Visitando mundos
de trenes marinos;
Descubrimos con cada paso,
la magia de San Antonio y Cartagena
Autor: Jorge González V.
1 comentario:
cartagena me gusta
san antonio no tanto
deja de leer emulando al neftali!!!
risas..
saludos
Publicar un comentario