martes, noviembre 07, 2006

Al Otro día

Qué importa si al caer las tres
desérticos ramales expían el sol en una plaza pupilante.

Qué más da si las hojas tapan sus parpados al ronronear
antes que lleguen las cuatro montadas en los puntales.
Ahí,
sin que esto sea un swing,
no importando el atraganto de miradas,
nos escarbaremos en un lecho de ojos, divertimento y entornos.

Como si a la vez nosotros no pudiésemos desflorar
antes que las cinco asome su cogote.
O pájaros escupan sobre las persianas de nuestras vísceras
con su emplástica moralidad .
De todas formas,
sólo nos precipitaremos con caricias y susurros impúdicos;
mi torso besará el cielo mientras tu lo exorcizas
afuera
los perros sólo beberán de las sobras de nuestro baile
al ser vencida la tarde por las seis,
ya no importando mis cincuenta,
ni tus cuarenta y tanto,
sólo nos convertiremos en punteros entre un tiempo y otro.

(Mayo de 2006)

No hay comentarios.: