viernes, abril 27, 2007

Ascensor

Escarbo
en tu ombligo de carbón oxidado
desgastando
mis dedos hasta las coyunturas,
hundiéndome
en tus fauces; esas que trituran
un día frío al rasguñar
la espalda.
Y viajó
por tu intestino liso
en una camilla vertical; empapándome
de los ácidos y líquidos
que semejan un embrujo paralelo,
llenándome
de insectos el vientre.

Eres el insaciable Leviatán,
exprimes
las almas como lavandera que estruja
la ropa,
y no satisfecho
de las aflicciones que inflinges,
los vomitas
de piso en piso;
ahí terminarán
revolcándose en su noche.

No hay comentarios.: