jueves, mayo 10, 2007

Blanca Varela gana premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana


La poeta peruana Blanca Varela, una de las voces más relevantes de la poesía latinoamericana contemporánea, obtuvo hoy el prestigioso premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
El galardón, dotado con 56.800 dólares, reconoce la obra de un autor vivo que "por su valor literario constituye una aportación relevante al patrimonio cultural común iberoamericano y de España".
La concesión de este galardón coincide hoy con la entrega, en la sureña ciudad de Granada, del Premio Lorca de Poesía a la autora peruana, que no puede estar presente en la ceremonia por motivos de salud.
El premio Reina Sofía, con el que han sido distinguidos relevantes poetas latinoamericanos, es convocado anualmente por Patrimonio Nacional y la Universidad española de Salamanca.
En esta edición el jurado estuvo integrado por el poeta español Antonio Gamoneda, ganador de la pasada edición del galardón y Premio Cervantes 2006; el Premio Nobel de Literatura José Saramago; y el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, entre otras personalidades.
Blanca Varela es definida como "una gran figura de la poesía peruana que entre los años 50 y 80 cohesionó todo lo que se entendía por ser poeta y mujer".
Su obra poética recogida en el volumen Donde todo termina abre las alas se compone de media docena de libros, desde Ese puerto existe, Luz del día, Valses y otras confesiones o Canto villano.
Blanca Varela ha reconocido que su obra no hubiera sido la misma sin la ayuda del poeta y ensayista mexicano Octavio Paz, a quien conoció en París.
Varela es autora de una de las obras poéticas más valoradas de la poesía latinoamericana del siglo XX, perteneciente a la generación de los grandes poetas peruanos de los años 50.
Una autora que se alimentó de las corrientes surrealistas en la posguerra, época en la que se instaló en París y donde conoció a otros escritores como Jean Paul Sartre o Simone de Beauvoir.
EFE

POÉMAS



PUERTO SUPE


Está mi infancia en esta costa,

bajo el cielo tan alto,

cielo como ninguno, cielo, sombra veloz,

nubes de espanto, oscuro torbellino de alas,

azules casas en el horizonte.


Junto a la gran morada sin ventanas,

junto a las vacas ciegas,

junto al turbio licor y al pájaro carnívoro.


¡Oh, mar de todos los días,

mar montaña,

boca lluviosa de la costa fría!


Allí destruyo con brillantes piedras

la casa de mis padres,

allí destruyo la jaula de las aves pequeñas,

destapo las botellas y un humo negro escapa

y tiñe tiernamente el aire y sus jardines.


Están mis horas junto al río seco,

entre el polvo y sus hojas palpitantes,

en los ojos ardientes de esta tierra

adonde lanza el mar su blanco dardo.

Una sola estación, un mismo tiempo

de chorreantes dedos y aliento de pescado.

Toda una larga noche entre la arena.


Amo la costa, ese espejo muerto

en donde el aire gira como loco,

esa ola de fuego que arrasa corredores,

círculos de sombra y cristales perfectos.


Aquí en la costa escalo un negro pozo,

voy de la noche hacia la noche honda,

voy hacia el viento que recorre ciego

pupilas luminosas y vacías,

o habito el interior de un fruto muerto,

esa asfixiante seda, ese pesado espacio

poblado de agua y pálidas corolas.

En esta costa soy el que despierta

entre el follaje de alas pardas,

el que ocupa esa rama vacía,

el que no quiere ver la noche.


Aquí en la costa tengo raíces,

manos imperfectas,

un lecho ardiente en donde lloro a solas.


(De Ese puerto existe)


HISTORIA


puedes contarme cualquier cosa

creer no es importante

lo que importa es que al aire mueva tus labios

o que tus labios muevan el aire

que fabules tu historia tu cuerpo

a toda hora sin tregua

como una llama que a nada se parece

sino a una llama


(De Valses y otras falsas confesiones)


FÚTBOL


A Vicente y Lorenzo


juega con la tierra

como con una pelota


báilala,

estréllala,

reviéntala


no es sino eso la tierra


tú en el jardín

mi guardavalla mi espantapájaros

mi atila mi niño


la tierra entre tus pies

gira como nunca

prodigiosamente bella


(De Valses y otras falsas confesiones)


TERNERA ACOSADA POR TÁBANOS


podría describirla

¿tenía nariz ojos boca oídos?

¿tenía pies cabeza?

¿tenía extremidades?


sólo recuerdo al animal más tierno

llevando a cuestas

como otra piel

aquel halo de sucia luz


voraces aladas

sedientas bestezuelas

infamantes ángeles zumbadores

la perseguían


era la tierra ajena y la carne de nadie


tras la legaña

me deslumbró el milagro mortecino

la víspera el instinto la mirada

el sol nonato


¿era una niña un animal una idea?


ah señor qué horrible dolor en los ojos

qué agua amarga en la boca

de aquel intolerable mediodía

en que más rápida más lenta

más antigua y oscura que la muerte

a mi lado

coronada de moscas

pasó la vida.


(De Ejercicios materiales)


ESTA MAÑANA SOY OTRA


esta mañana soy otra

toda la noche

el viento me dio alas

para caer


la sin sombra

la muerte

como una mala madre

me tocó bajo los ojos


entonces dividida

dando tumbos

de lo oscuro a lo oscuro

giré recién llegada

a la luz de esta línea


en pleno abismo

abriéndose

y cerrándose la línea


sin música

pero llamando

sin voz

pero llamando

sin palabras

llamando


(De Concierto animal)


CANTO VILLANO


y de pronto la vida

en mi plato de pobre

un magro trozo de celeste cerdo

aquí en mi plato


observarme

observarte

o matar una mosca sin malicia

aniquilar la luz

o hacerla


hacerla

como quien abre los ojos y elige

un cielo rebosante

en el plato vacío


rubens cebollas

lágrimas

más rubens más cebollas

más lágrimas


tantas historias

negros indigeribles milagros

y la estrella de oriente


emparedada

y el hueso del amor

tan roído y tan duro

brillando en otro plato


este hambre propio

existe

es la gana del alma

que es el cuerpo


es la rosa de grasa

que envejece

en su cielo de carne


mea culpa ojo turbio

mea culpa negro bocado

mea culpa divina náusea


no hay otro aquí

en este plato vacío

sino yo

devorando mis ojos

y los tuyos.


(De Canto villano)

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